El efecto devastador que le ocasionaron sus
sobrados encantos femeninos, no solo cautivaron su mirada, le llenaron la
barriga de mariposas, y le robaron el sueño por muchas noches, mientras
ensayaba con su almohada como convertir la próxima oportunidad en el momento mágico
para lograr conquistarla. Momento que se le presentó en múltiples ocasiones,
pero que nunca pudo reunir todo el valor necesario para tan solo hablarle.
Encontró una alcancía de buen tamaño y
todos los días echaba un poco de valor, hasta que un buen día, se dio cuenta
que tenía todo el valor requerido y por fin pudo hablar con ella, y su sorpresa
fue mayor todavía cuando descubrió que
ella no solo era una muy bonita físicamente, sino además era una mujer muy
inteligente y bien preparada, con un muy buen sentido del humor, muy dinámica,
realista, enemiga del drama y que además compartían tantas cosas en común, que
apreciaban la vida, un buen vino, la misma música, la misma filosofía de la
vida, mismos gustos e intereses. Todo el tiempo para reunir el valor, valió la
pena, puesto a que ahora los dos están más preparados para disfrutarse aún
mucho más que antes.
Desde entonces los dos son uno, pueden
verse a través de una flor, un arcoíris, el día soleado, la luna y las estrellas o
incluso a través la oscuridad de la noche. Pueden hablarse a través de las
canciones, las olas, el bullicio de la ciudad, el ruido de los patines o incluso
por los gritos del silencio. Pueden sentirse a través viento, de la lluvia, del
frio y del calor, incluso a través de sus pensamientos.
La vida es siempre fue buena, solo que
ahora es mucho mejor…
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