….A propósito del debate generado tras la exclamación de que “Viva Trujillo” hecha
por el bachatero Anthony Santos, el pasado Martes, cuando recibía uno de los
premios de la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte). Me quiero referir al
tema desde diferentes puntos de vistas.
Desde el punto de vista de las leyes. La Ley 58-80 promulgada en el año
1962 prohíbe las actividades que resalten las actividades de la época del
Tirano. Esta ley no solo es obsoleta, es un atraso, y un atentado directo al artículo
8 de la Constitución de la Republica, que establece las pautas de la libertad
de expresión y los deberes y derechos de los ciudadanos. Esta Ley que busca sepultar en el olvido toda
una época de imposiciones, maltratos, abusos, a todo tipo de libertades; irónicamente
esta ley es justamente eso, una imposición más que solo está coartando la
libertad de expresión.
Desde el punto de vista popular.
Expresiones como “Que viva Trujillo” “que viva el Jefe” o “Aquí, hace falta un Trujillo” Son muy comunes en nuestro país, y son
expresadas, no con el deseo de que en verdad venga una tiranía, pero al menos
son una petición a las autoridades para que hagan su trabajo. Este pedido no es
más que una voz de alarma, ante las condiciones deplorable en que vivimos. Debemos tomar las cosas en el contexto que son
dichas. Hasta cierto punto esta es una de las tantas frases que identifican a
este reconocido bachatero.
Desde mi punto de vista. Si nos dedicamos a educar bien a nuestros
hijos, no tendremos que estar prohibiendo nada, tampoco imponiéndole nada y mucho
menos cometer los errores del pasado nuevamente.