Se apresuró y le preparó un espacio en su cabeza, era pequeño es cierto, pero al menos allí su alma gemela podría vivir a pesar de la distancia y ni siquiera los 7 mares podrían separarlos. Era un rinconcito que había olvidado que tenía, estaba empolvado por el tiempo que estuvo desocupado pero era un lugar muy bonito con vista al mar, donde los amaneceres se reflejaban en las paredes, decorandolas con sonrisas y flores. Aquel lugar también contaba con un tocadiscos y una vieja maquina de coser con hilos de color alegria, lista para coser los mejores sueños de los enamorados. La terraza tiene dos sillones, aunque solo necesitaran uno, donde se entrelazarán, y podrá decirle buenos dias al oido mientras disfrutan, la tarde, la puesta del sol, la luna y las estrellas. El tiempo hará lo suyo porque es cómplice del amor, pasa de prisa pero si das un beso directo al corazón, se detiene.
En la puerta de la entrada cuelga un hogar dulce hogar, mientras que la pequeña alfombra situada en frente dice "Bienvenidos"
By Roibe Duran
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