Podemos comparar a Las creencias religiosas
con una enfermedad cerebral degenerativa cuyos efectos empeoran con forme las
creencias aumentan. Esta peligrosa condición sustituye los pensamientos lógicos
y racionales, con pensamientos carentes de lógicas, hasta cierto punto pensamientos
y actitudes infantiles.
Cuando nos rehusamos a utilizar nuestro
cerebros para pensar lógicamente y en cambio lo limitamos a aceptar cualquier información que nos llega y
fijamos posición asumirla como verídica, convertirnos en promotores y fieles
defensores de dicha idea, trae como consecuencia un cambio drástico de las prioridades de la vida que a su vez provoca una distorsión de la
realidad que termina en un creciente sentimiento de irresponsabilidad, ya que todos
los aspectos de su vida y de los suyos no dependen exclusivamente del esfuerzo,
ni del sacrificio o del empeño que le pongan a las cosas, sino de la fe que le
pongan a su petición divina. Estas
alteraciones se propagan con facilidad pues para muchos es mejor vivir en ese
mundo fantasioso que en su agarrar el rumbo real de sus propias vidas.
Cabe destacar que dicha condición también tiene
otros efectos secundarios, dentro de los que se destacan altos niveles de
HIPOCRESIA, esta gente vive haciendo lo mismo que los demás, pero intentan
aparentar que ellos son SANTOS INMACULADOS, que no mueven un plato, pero…. Por detrás
rompen la vajilla completa… Son capaces de cometer y justificar los
peores actos, como los miles de casos de líderes católicos contra infantes,
actos comprobados y que el silencio y la falta de acción por parte de sus
fieles los hace cómplices, pero sin embargo a ellos al parecer los hace santos. Lo malo no es ver a gente mala haciendo cosas
malas, lo malo es ver la indiferencia de la gente buena ante actos tan
perversos…
Otro efecto secundario es la ceguera selectiva
o proceso por el cual el creyente solo entiende que si a un NO creyente le va
bien en algo, es un castigo por su falta de fe, más sin embargo si ese creyente
abre un poco los ojos y mira a su alrededor este notara que la cuestión no era cuestión
de fe, pues fácilmente se puede llenar una piscina olímpica con personas de fe de
su mismo entorno teniendo el mismo problema que el no creyente.
El más común de los efectos secundarios es
la intolerancia, y hasta cierto punto es entendible pues debe ser incomodo ver
a alguien con tan buenos y validos argumentos echando por la borda todas sus creencia
y no poder responderle con verdaderos hechos irrefutables, sin dudas debe ser frustrante.
Efectos secundarios hay miles, pero prefiero pausar aqui con una frase de Martin Luther King Jr que dice: " Para ganar enemigos no hay que declarar ninguna guerra, basta con expresar libremente lo que se piensa"