Podríamos definir a la esperanza como un
estado de ánimo que en el cual aquella cosa que se desea puede hacerse realidad.
Mientras que a la ilusión la podríamos definir
como la esperanza que carece de verdaderos fundamentos para que se hagan realidad.
Sabiendo esto, podríamos terminar de una
vez por todas con esa frase que todos
repiten como loros y que dista mucho de la realidad, de que la esperanza es lo último
que se pierde, pues indudablemente la esperanza NO SIEMPRE es lo último que se
pierde, en efecto la esperanza es una de las cosas que primero perdemos, pues
usualmente sustituimos la esperanza por las ilusiones.
Desafortunadamente quienes no reconocen a
tiempo estas diferencias, pueden pagarlo al más alto precio, tal ha sido el
caso de mi tía, quien sustituyo la esperanza que le brindaban sus medicamentos
de la presión que la mantuvieron con vida por mucho tiempo, por la ilusión de
que ella fue sanada por obra y gracia del espíritu santo quien la recompenso el
pedido que con tanta fe ella le había pedido en incontables ocasiones y quien tristemente
falleció una semana después. Podría citar
varias casos que me han tocado muy de cerca, sin embargo hoy noviembre 10 siento el compromiso de escribir
en nombre de Gissele Sandoval una joven llena de alegría que se nos fue a
destiempo cuando solo tenía 26 años, quien desde los 12 años fue una luchadora,
cuando fue diagnosticada con un tipo de Hepatitis que ocasionó que le tuvieran
que trasplantarle el hígado a sus 16 y que tuviese que tomar unos medicamentos que la mantenían con una condición
médica muy estable y sin complicaciones. Todo cambio cuando una amiga le
recomendara que olvidara el costoso tratamiento médico y que confiara en la
medicina alternativa, (un consejo quizás con la mejor de las intenciones, pero
sin tomar en cuenta los factores de altísimo riesgo que ella tenía) consejo que
ella acató y que transformo su esperanza por una ilusión que le costó la su
preciosa vida. La medicina alternativa, no está regulada, no ha sido
debidamente estudiada, y las cantidades no pueden ser tan concentrada como los
medicamentos convencionales.
En nombre de ella, de mi tía, y de todos
los que ya han pagado el precio máximo, al cambiar la esperanza por ilusión. Es
hora ya de que nos unamos para crear conciencia, basta ya cambiar la esperanza
que nos brinda la ciencia, por la ilusiones que nos pueden generar las pasiones
ya bien sean estas religiosas o de medicamentos naturales que no han sido
ampliamente analizados como lo establece la ciencia.
Basta ya de perder a familiares, amigos,
basta ya de perder las esperanzas…